Un informe de un consultor privado estimó que la pérdida fiscal que tendría el Gobierno es mucho
menor a lo que ganaría la economía por las ventas de los granos que están sin vender o sin precio.
El complejo agroexportador argentino comenzó a hacer números, para analizar posibles impactos
en la baja de las retenciones, tanto en la soja como en sus derivados.
Descartada por el momento una quita total de los derechos de exportación, uno de los escenarios
que comenzó a posicionarse es un horizonte de 25% en este impuesto para la cadena sojera, que
hoy sufre una alícuota del 33%.
De acuerdo a un trabajo elaborado por el consultor en agronegocios Pablo Adreani, un 25% de
derechos de exportación en soja representaría un costo fiscal equivalente en pesos a U$S 960
millones para el Gobierno.
Pero, “considerando que quedan sin vender y sin fijar cerca de 21 millones de toneladas de soja de
la cosecha actual, 13 millones de toneladas físicas y disponible en poder de productores y 8
millones de toneladas pendientes de fijar, este volumen equivale a u$s 8.600 millones”, remarcó.
Es decir, que si se produjera esta baja de 8 puntos en los DEX de la soja, el costo fiscal sería muy
interior a lo que ganaría el conjunto de la economía en general y el Gobierno también, porque
sería un alivio ante la siempre presionada oferta de dólares.
Uno de los datos a tener en cuenta es que este ingreso de divisas que podrían volcar los
productores a la economía se concentraría entre septiembre y diciembre de este año.
Adreani subraya que se trataría de divisas frescas que ingresarían en un período en donde las
liquidaciones bajan –por una cuestión estacional- y permitiría realizar el empalme con la cosecha
fina 2024/25 sin sobresaltos.
Adreani recordó además que Argentina viene perdiendo mucho terreno en la producción sojera: a
partir del ciclo 2015/16 la superficie sembrada de la oleaginosa sufrió una reducción
ininterrumpida, hasta llegar a 16,9 millones de hectáreas.
De este modo, en el lapso de una década, la superficie implantada del cultivo perdió 3,9 millones
de hectáreas. En este contexto, el consultor estimó que se vieron afectadas tanto las zonas
alejadas del puerto –NOA y NEA– como la región núcleo.
“Por las retenciones, en la última década se perdieron u$s 28.502 millones: la caída en la
superficie de siembra y producción de soja, el principal cultivo generador de divisas del país,
afecto la molienda de soja y a las exportaciones de aceite de soja y harina de soja producidos por
la industria aceitera”, agregó el informe.