Desde la Cámara de Productores de Leche del Oeste de Buenos Aires destacan un cierre de 2024
con recuperación sectorial. Aseguran que la estabilidad macro los ayuda y sueñan: “Esperamos
que pueda ser habitual en el futuro”.
Si hay un sector al que le ha costado encontrar razones para brindar en los últimos años, es a la
lechería: recurrentemente, ha estado sumida en crisis, con baja o nula rentabilidad, y continuos
cierres de tambos.
Pero el cierre de 2024 la encuentra en otro camino: aunque recién van solo algunos meses, los
productores destacan un momento de recuperación y crecimiento para la actividad, apalancados
en las lluvias y en las mejoras de precios.
Así lo destaca el último panorama mensual elaborado por la Cámara de Productores de Leche de la
Cuenca Oeste de Buenos Aires (Caprolecoba), que hizo foco precisamente en los datos que
anticipan un balance anual positivo.
“Noviembre, desde el punto de vista climático, le dio continuidad a la recuperación de humedad
de los suelos en la amplia región pampeana, y le ha devuelto impulso y esperanza a los
productores tamberos, ganaderos y chacareros”, destaca Caprolecoba.
¿En qué se traduce esto? En que “hay pasto, hay siembras, y podría haber más reservas, en el
marco de una ‘Niña’ que, por ahora, y para nuestro beneficio, se ha expresado más en los papeles,
que en el terreno”, responde el informe.
Así es que la base forrajera continuó su recuperación en noviembre, colaborando en lo inmediato
con la competitividad de los costos tamberos, a lo cual se sumó una buena relación de precios de
la leche con los alimentos concentrados.
“Claro que -como ya ha sido dicho varias veces- la caída de este año sobre el previo, era imposible
de revertir tan pronto. Ya comienza una nueva bajada estacional del volúmen y recién en 2025,
quizá podamos volver a alcanzar el nivel de 2023”, advierte el documento.
A este viento a favor se suma también el buen clima de negocios generado por una variación de
precios que supera a la inflación: hasta octubre, los valores aumentaron 223,3% en salida de
fábrica y 234,1% en tranquera de tambo.
Por eso, “nos acercamos al fin de un buen año para nuestra lechería”, celebran desde
Caprolecoba. Y agregan: “No ha sido posible decir esto con frecuencia en el pasado, pero
esperamos que pueda ser habitual en el futuro: culmina, en general, un año de recupero de
nuestra cadena láctea, en su conjunto”.
De todos modos, aclaran que para la leche entregada en noviembre esperan un nuevo ajuste del
precio a los tambos, que no le pierda el rastro a la inflación y al dólar, mientras que ahora en
“convendría empezar a compensar los mayores costos del verano para acotar la caída estacional”,
afirman.