Desde la Red Nacional de Monitoreo de la chicharrita del maíz destacaron que, con los
planteos tempranos ya a salvo del achaparramiento, es clave aumentar el monitoreo y
control de los tardíos.
La Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis, nombre científico de la temida
“chicharrita del maíz”, dio a conocer su 11° informe elaborado en base a los datos recogidos
entre el 22 de diciembre y el 7 de enero en las más de 400 localidades en las que se
ubicaron trampas cromáticas.
Como viene sucediendo desde que comenzaron los relevamientos, en general son bajas las
poblaciones de este insecto que es vector del complejo de enfermedades que causa el
achaparramiento del maíz y que el año pasado provocó estragos en la cosecha.
De acuerdo con el reporte, el panorama actual “muestra situaciones claramente diferentes
entre las localidades endémicas, relacionadas con si se realizaron o no prácticas de
manejo. Si bien la ausencia de la plaga predomina en todas las regiones, se observa un
crecimiento poblacional en localidades del NEA y el Litoral, y un retroceso en el NOA”.
En lo que respecta al resto del país, la plaga está ausente en el 91% de la región Centro
Norte y en el 97% de la Centro Sur, las principales áreas maiceras de Argentina.
Pero hay un aspecto esencial a tener en cuenta: “Ante el aumento de las condiciones
ambientales predisponentes en esta época del año, los expertos recomiendan intensificar
los monitoreos a medida que avanza la siembra de maíces tardíos, y, en caso de ser
necesario, aplicar estrategias de control químico para contener el crecimiento de la plaga y
mitigar posibles daños”, subraya el informe.