El mercado de soja se enfrenta a un panorama bajista al proyectarse hacia 2025, con precios que han caído casi 73 dólares por tonelada en los últimos seis meses en Chicago. Esta caída se debe a una combinación de factores que favorecen a los bajistas, destacando la debilidad económica en China, las condiciones climáticas favorables en Sudamérica y un dólar estadounidense fortalecido que afecta la competitividad de las exportaciones de soja de Estados Unidos. Uno de los principales impulsores de esta tendencia es la expectativa de una producción adicional de más de 20 millones de toneladas en Sudamérica, lo que aumentará la oferta global de soja y presionará los precios.

Además, la incertidumbre política en EE.UU. ha generado preocupaciones sobre futuras políticas comerciales y de biocombustibles, lo que añade volatilidad al mercado de la soja.

Sin embargo, los alcistas creen que la situación podría cambiar. La demanda interna de soja en EE.UU. se mantiene fuerte y se espera una reducción en la superficie sembrada con la oleaginosa para la próxima campaña en 2025 entre 0,8 y 1,2 millones de hectáreas, lo que podría limitar la oferta futura. También se mencionan riesgos climáticos, especialmente en Argentina y el sur de Brasil, donde algunos productores ya observan signos de sequía.

Además, se discuten los impactos del clima seco en Argentina y cómo podría afectar la producción de harina de soja, en contraste con las condiciones favorables en Brasil, que se encaminan hacia una cosecha récord.

Así, el clima y las decisiones políticas en Washington se mantienen como los factores clave que podrían definir el rumbo del mercado de soja en 2025.