En medio de una ola de calor desafiante para la apicultura, la cosecha de miel transcurre con variaciones de resultados en las distintas regiones productivas. Los especialistas brindan recomendaciones para avanzar con la actividad.
El desafío de los apicultores es lograr sobreponerse al “veranito” que golpeó a la actividad, debido a que la ola de calor también fue un factor de estrés para las abejas, en medio de la cosecha de miel.
En ese sentido, desde el INTA, en el marco de las altas temperaturas, señalaron la necesidad de ubicar las colmenas en zona de sombra, facilitar la ventilación cruzada, disponer de agua fresca para las abejas y realizar las tareas de manejo técnico, donde los operarios estén bien hidratados y en horarios de menor radiación.
Sin embargo, estas recomendaciones certeras y posibles, se dan en el marco de la cosecha 2024, que en muchas provincias se inició en diciembre y hoy se encuentra promediando la totalidad de colmenas a nivel país.
Los números muestran grandes contrastes entre zonas en las que no se produjo nada y otras con rendimientos altos.
Las lluvias y los fríos tardíos ralentizaron el arranque de la temporada en buena parte de la región de mayor importancia apícola en el país. Se espera que la temporada de flujo de néctar se extienda un poco más de lo habitual, según advierten los especialistas.
La última semana de enero y la primera de febrero se ven marcadas por una intensa ola de calor que afecta a gran parte del país.
El registro de temperaturas por encima de lo normal impacta directamente en diversas actividades productivas, y la apicultura no escapa a eso. En esta línea, referentes del INTA Proapi brindaron una serie de recomendaciones para evitar el impacto del calor extremo en los apiarios.