Implantación, fertilización y enfermedades en foco en la jornada Un Productor en Acción
que brindó la Regional Mar del Plata de Aapresid para achicar la brecha de rendimiento
del cultivo.

En el sudeste bonaerense el girasol encuentra tierra fértil para expresar su enorme
potencial como antecesor a la fina. Pero lejos está el rendimiento promedio de alcanzar
los 4000 kg estimados para la zona: en la última campaña fue de 2500/3000 kg.
Es por ello que, bajo el lema “Los arquitectos despistados del girasol: buscando el
techo sin perder el piso”, la Regional Mar del Plata-Juan Manuel Fangio de Aapresid
llevó a cabo una jornada UPA (Un Productor en Acción) para hablar sobre el manejo del
cultivo.
Achicando la brecha desde la implantación del cultivo
Uno de los puntos críticos en girasol es la implantación, la cual debe apuntar a lograr un
piso de 40-45.000 plantas/ha en los mejores ambientes, comentó el productor necochense
y socio Aapresid Agustín Bilbao (Agroestudio Viento Sur).

Para ello, es crucial posicionar bien la fecha de siembra, considerando estirarla hasta
principios de noviembre si el agua acompaña. Por varias razones: “a diferencia de octubre,
en esa época hay menos presión de plagas como babosa y bicho bolita, el lote está más
parejo por mayor degradación del rastrojo y hay mayor disponibilidad del nitrógeno”,
explicó.
Otra ventaja de sembrar en noviembre es que se ahorra una aplicación en el barbecho.
Las malezas resistentes, entre ellas crucíferas, raigrás, rama negra y yuyo colorado son un
dolor de cabeza en la región. El productor señaló que están teniendo buenos controles
con sulfentrazone, “idealmente combinado con otros modos de acción para retrasar la
resistencia y siempre dentro de un manejo integrado”.
Nitrógeno (N) y manejo de enfermedades
Otra estrategia para acercarse al techo es la fertilización nitrogenada, usualmente dejada
de lado por muchos productores. “Es ideal muestrear el suelo 15 días presiembra y
aplicar al menos 30 kg de N de arranque o con 6 hojas expandidas (V6), siempre con
temperaturas menores a 24º y previo a una lluvia para asegurar su incorporación”,
remarcó Bilbao.
Sin embargo, la sobrefertilización puede favorecer la aparición de enfermedades como el
cancro del tallo. Causado por Phomopsis helianthi, el cancro es muy temido porque pega
fuerte en el rendimiento y su control es dificultoso. “La genética tolerante y buena
siembra son herramientas clave para mantenerlo a raya”, señaló.
Por otro lado, los tratamientos con estrobirulinas entre V6 y V12 están teniendo buenos
resultados para controlar otras enfermedades frecuentes como alternaria (mancha de la
hoja) y phoma (mancha negra del tallo).
Queda claro que las tecnologías de insumos son grandes aliadas para potenciar el cultivo.
En la jornada se recorrieron ensayos donde participaron FertiGlobal, Stoller y Insuagro
(fertilizantes), Biotrop, UPL y Horus Bio (biológicos), FMC (herbicidas e insecticidas) y
Syngenta (fungicidas). También estuvieron presentes Advanta, Nuseed, SPS, Brevant y
Nidera aportando genética girasolera.
“En la región, el girasol compite con la soja y en los mejores lotes le gana “por goleada” en
el margen bruto, aseguró Bilbao. Hacer las cosas bien desde la siembra a la cosecha
repercute no solo en mayores rendimientos y estabilidad sino en la posibilidad de lograr
un diferencial de precio en el caso de materiales alto oleico.