Una cosecha global que podría ser récord en la campaña 2023/24 y las altas tasas de interés en EE.UU. quitan incentivos alcistas. Además, la soja ha bajado menos que trigo y maíz.
A pocas semanas de que comiencen a implantarse los primeros cuadros de soja en Argentina, la mirada no está puesta solo en que lleguen las lluvias necesarias para que las sembradoras transiten, sino también en la perspectiva económica y el precio que tendrá la oleaginosa al momento de cosecha.
En ese plano, las perspectivas no son buenas para los productores: varios frentes están soplando en contra del precio de la soja, que navega incluso con riesgo de hundirse a niveles previos a la pandemia de Covid-19 y tras el pico en el inicio de la guerra entre Ucrania y Rusia, cuando las cotizaciones treparon hasta sus máximos históricos
De acuerdo con el informe mensual de mercados agrícolas de la Bolsa de Cereales de Córdoba, el primer aspecto a tener en cuenta es una oferta global de soja que, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), se proyecta en 401,3 millones de toneladas para la campaña 2023/24.
Esto significa un 8,44% más que el año pasado y un récord para la oleaginosa. En tanto, si bien los niveles de demanda también se encuentran en valores récord, la relación stock/consumo se ubicaría en 31%, un porcentaje bastante más holgado que el 25% que marca el promedio histórico.
Las expectativas son de otra cosecha récord en Brasil, donde la Compañía Nacional de Abastecimiento de Brasil (CONAB) estima 162,4 millones de toneladas; y una fuerte recuperación en Argentina, donde las estimaciones coinciden en un horizonte de entre 48 y 50 millones de toneladas, más del doble que en el último ciclo.
En paralelo, otro viento en contra para el precio de la soja es la política de tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos para bajar la inflación, lo que fortalece al dólar, “incentivando a cambios en los portafolios de inversiones, quitando liquidez a los mercados de commodities e impactando negativamente en los precios”, subraya la Bolsa cordobesa.
En este marco, el único aliciente es la reciente suba del petróleo, que arrastra a los aceites vegetales y podría ser lo que les ponga un piso a los precios de la oleaginosa, según la analista de la Bolsa de Comercio de Rosario, Emilce Terré.