A los productores del reino, que son unos 30.000, les resulta anti-económico producir
alimentos. Recurren cada vez más a los fondos reservados para “restauración del
ecosistema”.
El gobierno británico redujo en casi 30% el Fondo de subsidios a la agricultura, que después
del Brexit (31-01-2020) es ajeno a la Política Agrícola Común (PAC) que destina 40% del
presupuesto europeo a respaldar financieramente la producción agroalimentaria; y esto
obliga a los agricultores del Reino Unido, que vienen de enfrentar 2 años consecutivos de
cosechas fracasadas debido al exceso de agua que se experimenta en los últimos 18
meses, el periodo más prolongado de lluvias persistentes desde 1836, a enfrentar una
situación paradojal:
A los actuales precios de mercado, y habiéndose reducido drásticamente los subsidios por
razones fiscales, a los productores británicos, que son unos 30.000, les resulta anti-
económico producir alimentos; y esto hace que mientras más de la mitad de ellos producen
a pérdida, el nivel de ganancia de los afortunados restantes no supera en el mejor de los
casos las 25.000 libras esterlinas anuales, que alcanzan sólo para cubrir gastos fijos
incluyendo impuestos, lo que implica que tienden a desaparecer las inversiones, salvo las
de mantenimiento o de extrema necesidad.
El resultado es que los agricultores británicos están dejando de producir alimentos, esto es
el origen y la legitimidad de la agricultura; y recurren cada vez más a otros fondos del
presupuesto aprobado por la Cámara de los Comunes, ante todo el destinado a sustentar la
“restauración de los ecosistemas” que es la “re-naturalización” de los campos o “rewilding”,
cuya finalidad es aumentar la biodiversidad, reintroduciendo animales extinguidos y
depredadores en la misma condición.
El saldo no utilizado del fondo del “rewilding” ascendió en 2023 a 323 millones de libras
esterlinas.
Por eso es que un número creciente de productores deja de producir granos, y frutas y
hortalizas, y se ha volcado a reintroducir abejas, serpientes, predadores, ciervos, y todo
esto, en suelos que se supone han vuelto a su estado “originario” o de “naturaleza”.
El “rewilding” se basa en una doctrina, o para ser más estrictos en una ideología, de que
hay que devolver a la naturaleza degradada por la actividad del hombre a un estado
cercano al original. Es una idea de carácter mítico que proviene de tiempos inmemoriales, y
que sostiene que más allá de un pasado previo a la actividad del hombre existió “un paraíso
perdido”, según el poema memorable de John Milton.
Probablemente lo contrario sea lo cierto, porque no hay historia ni cultura, ni mucho menos
agricultura, sin la actividad teórico-práctica del hombre y sus sucesivas tecnologías, con la
transformación permanente de la realidad que rodea al habitar humano, y en primer lugar a
él mismo.