La siembra de papa en el sudeste bonaerense se incrementó 9,7% y la cosecha se espera
que crezca también, pese al impacto de las fuertes lluvias. El problema, como en otras
cadenas, son los bajos precios con altos costos.
En Nicanor Otamendi, en el sudeste bonaerense, se llevó a cabo una vez más la Fiesta
Nacional de la Papa.
En la oportunidad, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) presentó los
resultados del relevamiento satelital que realiza cada año a pedido de la Federación
Nacional de Productores de Papa sobre la superficie implantada en esta región, que es la
principal zona papera de Argentina.
Según los datos relevados, la superficie agrícola total en la zona sudeste registró un
incremento significativo del 9,7%, pasando de 34.815 hectáreas en 2024 a 38.177
hectáreas en 2025.
Entre los partidos que lideran estos aumentos destaca Tandil, con un crecimiento del 237%,
al elevar su área sembrada de 263 a 887 hectáreas. Le sigue General Alvarado con un
incremento del 41,9%, pasando de 425 a 603 hectáreas. Otros partidos que también
tuvieron aumentos importantes fueron Azul, con un 18,4% (de 1.424 a 1.685 ha), Lobería
con 17,6% (de 4.529 a 5.323 ha); Necochea, con 15,7% (de 7.279 a 8.420 ha) y General
Pueyrredón, con un incremento del 8,5% (de 5.522 a 5.993 ha).
Por su parte, Benito Juárez y Balcarce registraron variaciones moderadas: 1,5% (de 8.596 a
8.728 ha) y -3,6% (disminución de 6.777 a 6.534 ha) respectivamente, siendo este último el
único partido con reducción de superficie agrícola respecto al año anterior.
Al hacer referencia al panorama de la producción de papa, el presidente de la Federación
Nacional, Alfredo Pereyra, advirtió que el escenario productivo en general es bueno, pero
que la expectativa para la actividad no lo es tanto por los problemas de rentabilidad.
“Pensamos que tenemos una buena cosecha, pero estas últimas lluvias nos van a sacar
algo de producción. Siempre soy muy optimista, quizás demasiado optimista a veces, pero
tenemos que ir tranquilos, despacio; los precios no nos acompañan ahora, pero realmente
no tenemos que apurarnos porque va a ser un buen año”, indicó.
Sin embargo, reconoció que los productores agrícolas del sudeste bonaerense enfrentan
actualmente una situación de crisis, derivada tanto de factores climáticos como de variables
económicas complejas. “Estamos atravesando un problema muy severo”, afirmó el
dirigente. Como ejemplo, durante el inicio de marzo las adversas condiciones climáticas
afectaron significativamente la producción, reduciendo el volumen de productos que
llegaban a los centros mayoristas y provocando aumentos, en muchos casos injustificados
en los precios finales para los consumidores.