Los datos oficiales muestran un incremento promedio de los precios al consumidor de 4% en julio,
mientras que en las carnicerías, los cortes bovinos tuvieron una media de 1,7%, con la carne
picada como el producto con mayor suba.
En julio, los precios de la carne vacuna en los mostradores aumentaron por debajo de la inflación.
Según el relevamiento mensual efectuado por la Cámara de la Industria y Comercio de la Carne y
Derivados (Ciccra), el rubro “carne y derivados” registró un incremento de 1,7% mensual, versus el
4% que marcó el Índice de Precios al Consumidor del Gran Buenos Aires, medido por el Indec.
Un dato a tener en cuenta es que, en la comparativa interanual, el precio promedio de los cortes
vacunos subió menos que el ponderado de la hacienda en pie. En las góndolas la suba llegó al
282,2%, mientras que en los vacunos llegó al 296,3%.
“Que el traslado al mostrador haya sido inferior a la suba del valor del kilo vivo, se puede explicar
por la retracción del poder adquisitivo de los salarios”, explicó Miguel Schiariti, presidente de la
entidad.
Mientras la carne vacuna aumentó 1,7% mensual, el precio del pollo subió un 2,2% en relación a
junio, luego de haber registrado una suba de apenas 0,2% entre mayo y junio.
En julio, la mayor suba en carne vacuna fue el aado, con un 2% y seguido por cuadril (1,8%); nalga
(1,3%); paleta (1%) y carne picada común con 0,9%.
Al analizar en detalle como evolucionaron los valores de los cortes vacunos en el último año, que
en promedio aumentaron 282,2%, la carne picada lideró las subas con un 299,8%, El listado se
completó con paleta (298,1%), cuadril (281,7%), nalga (274,4%) y asado, con 256,2%. En el caso del
pollo entero, el incremento fue de 281,5%.
En todos los eslabones ganaderos, desde la compra de la hacienda en pie hasta su venta al público,
una de las variables que condiciona los precios es el bolsillo del consumidor.
En este contexto, en los últimos 12 meses los salarios que más subieron en el país -de acuerdo a
datos oficiales- fueron los del sector privado, un 234%, un 12,5% menos que porcentaje de
aumento en los cortes vacunos.
“En los casos de los empleados del sector público y de los trabajadores privados informales, las
retracciones de los salarios reales fueron mayores aún. Todo esto es consistente con la baja que
registró el consumo interno de carne vacuna en el último año”, destacó Schiariti.
De acuerdo al cálculo de la entidad, entre enero y julio de este año, el consumo de carne vacuna
fue de 45,6 kilos anuales por habitante. Este volumen es un 15,1% menor al promedio del mismo
período de 2023.
Por su parte, el promedio de los últimos doce meses fue de 47,7 kilos, un 11,7% menos en la
comparativa interanual.