El Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), a través del INTI, midió las
emisiones de gases de efecto invernadero de la avicultura en Argentina y determinó cuáles
son los «puntos calientes» que hay que atacar para reducirlas.
En el mundo se observa que los consumidores exigen, de forma creciente, información
sobre el impacto ambiental de los productos que adquieren para poder realizar una compra
responsable.
A su vez, las empresas y gobiernos solicitan una valoración de las emisiones e impactos
generados por la actividad productiva y de servicios, para la compra y contratación.
El sector avícola argentino no es ajeno a estas nuevas reglas del mercado, tratándose de
una producción de carne en continuo crecimiento que alcanzó en el año 2022 la faena de un
total de 751,392 millones de animales.
Por ello, el estudio de sus impactos ambientales resulta de vital importancia para el sector, a
los fines de mejorar su aptitud ambiental, competitividad y rentabilidad.
La cadena de carne avícola se inicia con la actividad de cría y recría de los padres, continúa
con la postura de huevos fértiles que son incubados para obtener pollitos bebés que
posteriormente son trasladados a las granjas de parrilleros donde los pollos convierten
proteínas de origen vegetal a proteína animal en la producción de carne.
“La producción de carne aviar es una de las principales cadenas productoras de carne del
país con el mayor crecimiento en los últimos 20 años, constituyendo una actividad con valor
agregado y demandante de mano de obra directa e indirecta, además de generar divisas a
través de las exportaciones”, sostuvieron en el Análisis del Ciclo de Vida realizado con el
INTI, destinado al Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA).
Los resultados obtenidos para CEPA indican que las emisiones de gases de efecto
invernadero (GWP) para la unidad funcional estudiada son de 1,71 kg de CO2 eq/kg de
carne de pollo según el package 3.1 del Programa Ambiental de Huellas de la UE, en el cual
se actualizaron todos los factores de emisión y caracterización disponibles para todas las
categorías de impacto ambiental estudiadas.
Mientras que al consumidor, es decir, con un alcance de la cuna a la tumba, considerando
el valor de la modelización utilizada para la cocción y almacenamiento en la casa, fue de
3,40 kg de CO2 eq.