Un relevamiento realizado por CREA entre más de 1.400 empresarios y técnicos muestra que la
implantación del cereal caería 23% en la campaña próxima a iniciar.
La hecatombe que generó en la producción agrícola argentina la inesperada expansión de la
chicharrita del maíz (Dalbulus maidis), insecto vector del complejo de enfermedades que causan la
enfermedad del “Achaparramiento”, no deja de tener efectos negativos.
Además de las 10 millones de toneladas de producción que se perdieron en el ciclo 2023/24 que
está finalizando, hay un enorme cono de incertidumbre sobre lo que sucederá en la siembra
2024/25 próxima a comenzar.
En las últimas horas, la encuesta SEA que de manera cuatrimestral los Consorcios Regionales de
Experimentación Agrícola (CREA) realizan entre sus asociados, confirmó que la implantación del
cereal va camino a tener una fuerte reducción, como consecuencia del temor a la plaga.
Se suma así al reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, que estima una baja del 30%
de la siembra en la zona núcleo, y también a otra encuesta, pero de la Universidad Austral, en la
que el 35% de los productores consultados reconocieron que disminuirán la superficie destinada al
maíz.
Según informó CREA, la última encuesta SEA fue respondida por más de 1.400 empresarios y
técnicos integrantes de la red, y la conclusión que dejó es que se proyecta una caída del 23% en la
superficie maicera nacional.
El principal factor que juega en contra, como se mencionó, es la chicharrita del maíz, pero también
inciden una señal de precios poco favorable, el temor a La Niña y un contexto macroeconómico
inestable, cuestiones que inciden en un cultivo que demanda mayor inversión que, por ejemplo, la
soja.
Para CREA, de confirmarse los datos del relevamiento, significaría que se implanten esta campaña
1,65 millones de hectáreas menos de maíz. De ese número, las mayores bajas se presentarían en
las regiones del norte argentino (regiones CREA NOA, Córdoba Norte, Norte de Santa Fe, Chaco
Santiagueño y Litoral Norte), donde se espera una caída de aproximadamente 50% de la
superficie. Mientras que en el centro del país (Santa Fe Centro, Centro, Sur de Santa Fe, Norte de
Buenos Aires y Este) la merma prevista es del 17%.
En tanto, para las regiones agrícolas del sur, la asignación de superficie a maíz proyecta una baja
interanual del 6%. “Esta caída, sobre todo en el norte argentino, tendrá un gran impacto debido a
la importancia del cereal para las cadenas productivas y la sostenibilidad de las rotaciones
agrícolas”, lamentó CREA.
Esta reducción de superficie será reemplazada fundamentalmente por soja y, en menor medida,
por sorgo, girasol y maní, entre otras alternativas estivales.