De acuerdo con FADA, el índice general de participación del Estado en la renta agrícola pasó del
59% al 65%, pero en el trigo se disparó mucho más como consecuencia de la suba de costos y la
fuerte baja de precios internacionales.
Mientras comienza a avanzar a paso firme la cosecha gruesa y los productores centran su mirada
en los monitores de rendimiento, a la par ya relojean lo que será la campaña de trigo próxima a
comenzar. Y lo que domina con ese cereal es la ambigüedad: las fuertes lluvias ocurridas en las
últimas semanas han repuesto notoriamente las reservas de agua en los suelos, lo que garantizaría
a priori buenas condiciones de implantación del cereal.
No obstante, el viento en contra es el capítulo económico: una fuerte de suba de costos,
acompañada por un derrumbe de los precios internacionales, que tiran abajo cualquier intención
de incrementar la siembra.
En ese marco se inscribe el capítulo impositivo: hay voces desde el agro impulsando que se
eliminen las retenciones a este cultivo, de manera de empujar una mayor siembra.
Y no parece un reclamo descabellado: según el último índice de participación del Estado en la
renta agrícola, el trigo es el cultivo que en este momento tiene mayor presión impositiva, ya que
deja en las arcas fiscales el 83,9% de lo que produce cada hectárea.
En el primer trimestre del año, la presión impositiva al campo creció en seis puntos y pasó del 59%
al 65%, de acuerdo al índice que elabora de manera trimestral la Fundación Agropecuaria para el
Desarrollo de Argentina (FADA).
Según estimaron desde la entidad, ese incremento se explica a partir de dos factores: suba en los
costos y caída en los precios. En el apartado de costos, se tuvo en cuenta los incrementos
registrados en lo que va del año del impuesto Inmobiliario Rural, tasas y guías municipales. “En el
caso particular del inmobiliario se han registrado, dependiendo la provincia, incrementos que van
desde el 180% hasta 250%”, remarcó Nicolle Pisani Claro, Economista Jefe de FADA.
Con respecto a fletes, los costos en pesos aumentaron un 42% con respecto a diciembre, las
labores de siembra un 59% y las de cosecha un 132%. Si la comparativa se extiende a marzo del
año pasado, las subas fueron de 206%, 170% y 260%, respectivamente.
En el caso de los insumos, se presentan situaciones dispares. En el caso de fitosanitarios han
habido subas, aunque el escenario varía de acuerdo al producto, mientras que los fertilizantes
aumentaron en relación a su valor del año pasado.
“El dólar importador, que contempla un adicional del dólar oficial del 17,5% de impuesto PAIS,
tiene su efecto en inflar los precios de los insumos importados ya que el importador deberá pagar
un tipo de cambio mayor al oficial, y en la práctica al productor se lo cotiza a un dólar oficial, por lo
que esa diferencia está contenida en el precio en dólares de los insumos”, explicó la economista
de FADA. De este modo, del 65% de la renta del productor que queda en manos del Estado,