En el primer cuatrimestre, las compras al exterior de la oleaginosa demandaron U$S 1.810 millones, un 80% más que las importaciones de gasoil. Desde la industria aseguran que es la única manera de no parar.
La sequía 2022/23 quedará inscripta en las páginas tanto físicas como digitales de la historia productiva argentina, no solo por un derrumbe de la cosecha prácticamente sin precedentes sino también por otros datos inéditos derivados de ese desplome.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) difundió en las últimas horas su informe de Intercambio Comercial Argentino (ICA), en el que resume los datos de las exportaciones e importaciones del país.
Y en abril se consolidó un indicador realmente insólito, asociado a la sequía: la necesidad de materia prima de las plantas industriales ha llevado a que la soja sea el principal producto importado por Argentina en los últimos meses.
Solo el mes pasado demandó U$S 708 millones, un 166,5% más que el año pasado, por las compras realizadas a Paraguay, Brasil y Bolivia. Así, casi 12 de cada 100 dólares destinados a importaciones, fueron para adquirir soja extranjera.
Mientras que en el primer cuatrimestre fueron U$S 1.810 millones los que salieron del país para poder ingresar la oleaginosa, cuyo lado positivo es que se transforma en harina y aceite para volver a ser exportada por un mayor valor.
Así, superó al gasoil como el producto más importado: entre enero y abril, el combustible traído del exterior demandó U$S 1.000 millones.
Cabe recordar que la soja es el producto que más dólares la genera al país, a través de las exportaciones de harina y aceite de soja. A tal punto es así, que el informe del INDEC contiene siempre un apartado especial para analizar el comercio exterior de la oleaginosa.
Pero entre las menores exportaciones por la seca y las mayores importaciones por el mismo motivo, la balanza comercial del grano y sus subproductos se deterioró, aunque sigue siendo ampliamente positiva.
Fuente: Infocampo