IF, Ingeniería en Fertilizantes, recomienda un esquema de nutrición foliar que aumenta la eficiencia y disminuye las pérdidas, potenciando los rendimientos. 

Las demandas sociales de una producción con menor impacto ambiental, por un lado; y el contexto económico marcado por una constante suba de costos, por el otro; son dos vectores que marcan un camino obligado para los productores en Argentina, en este momento: el de ser más eficientes. 

Eso implica, entre otras cosas, revisar los esquemas de fertilización tradicionales, en los que suelen aplicarse los nutrientes de una sola vez durante el ciclo –generalmente, a la siembra–, lo que genera un alto riesgo de pérdidas; por ejemplo, si no llueve y el fertilizante no logra incorporarse al suelo. 

“Sobre todo en el caso del nitrógeno, que puede sufrir mermas tanto por volatilización como por oxidiación”, explicó Ana Julia Pérez Moreno, especialista e investigadora de IF, Ingeniería en Fertilizantes.

Por eso, para la representante de la compañía “es importante empezar a pensar que, para ser más eficientes, también tenemos que particionar la entrega de los nutrientes a lo largo del ciclo del cultivo”. 

En tal sentido, mencionó a su producto, Fronda, como “una herramienta excepcional porque es un fertilizante que permite aplicar grandes cantidades de nitrógeno vía foliar, a lo que se suma una capacidad de bioestimulación que hace que aumente la eficiencia”.  

Cultivos y beneficios 

En el caso de trigo y cebada, IF recomienda 20 kilogramos de nitrógeno en una sola aplicación de Fronda. “Es el equivalente a casi el doble de kilogramos de nitrógeno aplicados a suelo, por la eficiencia, y es compatible en la mezcla con fungicidas”, señaló Pérez Moreno. 

Asimismo, insistió que, al entrar dentro de un esquema de partición de entrega de nutrientes, Fronda permite aumentar la eficiencia y disminuir las pérdidas, potenciando los rindes.  

Por otro lado, en amplias regiones del país donde los inviernos suelen ser secos, permite disminuir la dosis inicial de nitrógeno aportado al cultivo y esperar a las lluvias de la primavera para hacer una refertilización instantánea. 

En general, la propuesta de fertilización integral de IF es comenzar con Solum, un producto que aporte nitrógeno azufrado al suelo; y luego Fronda.  

“Es una gran inversión financiera porque, con un menor costo y menor riesgo, se obtienen mejores rindes y calidad en los cultivos. Dentro de lo que son los esquemas de fertilización, cuando particionamos Solum + Fronda, estamos usando aproximadamente un 30% menos de dosis total de nutrientes, teniendo mejores resultados económicos”, ratificó Pérez Moreno. 

En cuanto al maíz, hay que diferenciar entre aquellos de zonas con alto potencial de rinde, donde los productores ya están habituados a esquemas de fertilización intensiva; de las zonas marginales, donde muchas veces el cultivo se hace solo con un arrancador. 

En lotes de alto potencial, “se puede utilizar un esquema de fertilización de aplicación de Solum inicial a suelo y, entre V6 y V10, una aplicación foliar de Fronda que pueden mezclarlo con algún insecticida que requiera el cultivo”, explicó Pérez Moreno.  

En los campos de menor productividad, “Fronda es una herramienta muy importante porque permite agregar nitrógeno vía foliar, siendo eficiente y efectivo, potenciando el desarrollo y la producción en esas zonas”, completó.