Desde el INTA publicaron un breve manual de prevención para paliar el desarrollo de enfermedades en cultivos. Hacen hincapié en el fenómeno “El Niño” como catalizador de focos por humedad y calor. Proponen un manejo sanitario eficiente para la soja y el maíz. Monitorear los lotes de manera constante es una herramienta importante.
El verano se caracteriza por condiciones ambientales de mayor temperatura y humedad que el resto del año, pero el “fenómeno climático Niño potencia los factores climáticos como la temperatura y la humedad, lo que altera la normal incidencia de plagas y enfermedades. De allí, la importancia de incrementar los monitoreos para anticipar su presencia y accionar a tiempo”, subrayan especialistas del INTA.
En esta línea, Eduardo Trumper -coordinador del programa nacional sanidad vegetal del INTA-, considera que “el incremento de las precipitaciones estivales, como consecuencia del fenómeno climático El Niño tiene el potencial de provocar un incremento de la expresión de algunas especies de artrópodos plaga y ciertas enfermedades en cultivos de gran importancia como cítricos, hortalizas y los cultivos extensivos tales como la soja y el maíz”. Frente a este contexto, subrayó la importancia de “realizar constantes para detectar, a tiempo, posibles problemas sanitarios”.
En igual sentido, Lisandro Lenzi -especialista en sanidad y mejoramiento genético de soja del INTA Marcos Juárez, Córdoba- aseguró que “la frecuencia y la intensidad de las lluvias son algunos de los factores del ambiente que van a definir la aparición y los niveles de severidad de las distintas enfermedades de fin de ciclo, principalmente en los periodos reproductivos”.
Y agregó: “En años lluviosos, se espera que la severidad de enfermedades como Mancha marronca (Septoria glycines) y el Tizón foliar por Cercospora (Cercospora kikuchii) sea mayor, así como las bacteriosis, que frecuentemente aparecen después de las tormentas con vientos, lo que producen heridas en las hojas y facilitan la entrada y la manifestación de las bacterias”.
Por esto, Lenzi destacó la importancia del “monitoreo de los lotes y de un diagnóstico preciso para realizar una correcta elección de las medidas de manejo más adecuadas, en cada caso”.
Por su parte, Alberto Gochez -coordinador de investigación y desarrollo tecnológico del INTA Bella Vista, Corrientes- coincidió con Lenzi en la importancia de “realizar monitoreos periódicos para la detección temprana de plagas y enfermedades, dadas las condiciones ambientales de alta humedad relativa imperantes”. Y recordó que el INTA cuenta con material disponible online para las diversas cadenas de producción.
A su vez, Enrique Alberione -especialista del INTA Marcos Juárez, Córdoba- insistió en que “los cultivos están expuestos a contraer enfermedades y, fundamentalmente, aquellas que responden desde lo ambiental a una conjunción de condiciones de humedad y temperatura”. Y en este punto, llamó a estar atentos a la presencia de roya común (Puccinia sorghi), Tizón foliar (Exserohilum turcicum), mancha gris (Cercospora zea maydis) y probablemente algunas enfermedades de espigas como las ocasionadas por los agentes causales Fusarium spp. y Stenocarpella maydis que provocan prodredumbres de granos.