En el mercado de la soja, se observa que el nivel de oferta en Sudamérica está alineado con las
estimaciones del USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos). Aunque podría
haber una ligera reducción en la producción en estos países, la situación no parece ser
preocupante. Esto ocurre mientras el USDA aumenta los stocks finales de soja en Estados Unidos
debido a una menor demanda doméstica y exportaciones.
La evolución del dólar estadounidense también ha generado cierta volatilidad y cautela entre los
inversores y operadores, lo que ha contribuido a la incertidumbre en el mercado.
Sudamérica contribuirá en gran medida al nivel de crush entre abril y septiembre, gracias a las
proyecciones de una cosecha robusta. Sin embargo, esta abundancia contrasta con una demanda
débil de harina de soja entre los principales consumidores, lo que ejerce presión bajista sobre los
precios.
En relación con el sector porcino en China, los altos precios de la harina de soja el año pasado
afectaron los márgenes de la industria, y se espera cierta contracción en la producción y demanda.
Aún queda por verse si la actual contracción de precios reactivará la demanda a niveles suficientes
para detener la caída de precios. Por lo tanto, es crucial monitorear de cerca los factores de
demanda para identificar un posible suelo en las cotizaciones del mercado de la harina de soja.
En cuanto a la demanda, se espera una disminución en la producción de raciones en China, lo que
impacta tanto en el mercado de maíz como en el de soja. En este contexto coyuntural, las ventas
de exportación en Estados Unidos no están destacando, lo que reduce la centralidad del mercado
y la fortaleza en los precios.
En el año 2023, las exportaciones de soja y harina de soja de Estados Unidos mostraron tendencias
opuestas. Mientras que las exportaciones de soja disminuyeron significativamente tanto en
volumen como en valor, las exportaciones de harina de soja alcanzaron niveles récord. La
disminución en las exportaciones de soja se atribuyó a la competencia con la producción récord de
soja en Brasil y a la mayor demanda de crush en Estados Unidos, lo que elevó los precios de la soja
estadounidense. A pesar de esto, las exportaciones de harina de soja experimentaron un aumento
tanto en volumen como en valor, con un notable incremento en las exportaciones a la Unión
Europea debido a la demanda creciente de China por la soja brasileña.