La Confederación bonaerense considera que el girasol debería tener un “tratamiento especial” por
ser un cultivo alternativo que se siembra en zonas marginales. Uno de los pedidos es quitarle
retenciones.
Para la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), el girasol
debería ser considerado “un cultivo distinto”, con un “tratamiento especial” en materia de
políticas de incentivo e impositivas, teniendo en cuenta que en general se siembra en zonas
marginales y que no compite con otros cultivos.
Por eso, su Consejo Directivo convalidó un programa de trabajo presentado por las sociedades
rurales que la integran, tras una concurrida jornada realizada el pasado 4 de octubre en Necochea,
que tiene como propósito mejorar y transparentar la comercialización del girasol.
En concreto, son cuatro medidas que promueven desde Carbap para darle impulso a este cultivo
que en la última campaña fue el de mejor desempeño en medio de la sequía, pero en el ciclo
actual ha visto perder hectáreas precisamente porque la falta de agua continuó durante el inicio
de la primavera.
Los pasos a seguir que sugiere la Confederación bonaerense se copian de manera textual a
continuación:

  • Gestionar frente a autoridades gubernamentales la eliminación del derecho de
    exportación del grano de girasol alentando una mayor exportación del grano “tal cual”.
  • Gestionar ante autoridades nacionales e instituciones privadas condiciones para el uso de
    varias y distintas herramientas comerciales que permitan una mayor transparencia en la
    formación del precio del mismo.
  • Gestionar para que la Secretaría de Agricultura divulgue ampliamente los valores FOB de
    grano, aceite y harina de girasol, y se divulgue el correspondiente FAS TEORICO. Como así
    también la divulgación de los precios internacionales.
  • Promover negocios de exportadores no tradicionales, junto con Cancillería, destinados a la
    exportación de granos de girasol a los fines de reflejar valores testigos de los posibles
    precios del grano de girasol.
    “Estas acciones se fundamentan en que el girasol debe ser considerado como un cultivo distinto
    por sembrarse en áreas alternativas, que no compite con otros y que por tanto merece un
    tratamiento especial”, remarcó Carbap.
    Y completó: “Este tratamiento exige una facilidad para exportar el grano y así contrarrestar, no
    solo la escasa competencia interna por zonas, sino además la protección que tienen grandes
    compradores internacionales como la India, que protege la importación de aceite con un 100% al
    tiempo que no castiga la entrada de girasol tal cual”.