Según la CAIR, la existencia de pesos en el mercado y su difícil resguardo ante índices altos de inflación derivó en que una gran parte de ellos fueran volcados a los alquileres de campos agrícolas y ganaderos. La demanda quedó insatisfecha. La oportunidad para crecer del agro está intacta, los precios internacionales, la capacidad de producir de la tierra, la genética moderna, los profesionales del sector y/o la gente de campo, constituyen un círculo virtuoso único.